LA VENIDA DEL HOMBRE DE PECADO Y LA REBELIÓN:

Pablo escribe a los tesalonicenses que Cristo no vendrá hasta que el hombre de pecado sea primero revelado, y entonces el Señor Jesús lo destruirá en su venida. 
A este «hombre de pecado» se le identifica a veces con la bestia de Apocalipsis 13, y a veces se le llama el anticristo, el peor y último en la serie de «anticristos» mencionados en 1Juan 2:18. Pablo escribe:
Ahora bien, hermanos, en cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza. Este se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el punto de adueñarse del templo de Dios y pretender ser Dios.
Bien saben que hay algo que detiene a este hombre, a fin de que él se manifieste a su debido tiempo. Es cierto que el misterio de la maldad ya está ejerciendo su poder; pero falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene.
Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida. El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos(2ª Ts 2: 1-10).
F. LA SALVACIÓN DE ISRAEL:
Pablo habla del hecho de que muchos judíos han confiado en Jesús, pero dice que algún día en el futuro un gran número será salvo:
Pero si su transgresión ha enriquecido, es decir si su fracaso ha enriquecido a los gentiles, ¡cuánto mayor será la riqueza que su plena restauración producirá! (Ro 11: 12).
Hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan presuntuosos.
Parte de Israel se ha endurecido, y así permanecerá hasta que haya entrado la totalidad de los gentiles. De esta misma manera todo Israel será salvo. (Ro 11:25-26)
NOTA: La palabra griega traducida aquí (plena restauración) es pleroma, «plenitud.., A esta futura plena restauración de Israel entre el pueblo de Dios también la llaman a veces la «plenitud de Israel.
Luis Berkhof también menciona a Mt 25: 19, según el cual el maestro regresa «después de mucho tiempo», y Mt 25: 5, que habla de la tardanza del novio en regresar (Systematic Theology, p. 697). Pero ambos pasajes son vagos en lo que toca al exacto monto de tiempo, y ambos serían consistentes aun con un atraso de diez o veinte años tras el regreso de Jesús al cielo.
G. CONCLUSIONES DE ESTAS SEÑALES QUE PRECEDEN EL REGRESO DE CRISTO:
El impacto de estos pasajes parece tan claro que, como se mencionó arriba, muchos cristianos sienten simplemente que Cristo no puede retomar en cualquier momento.
Cuando examinamos la lista de señales ofrecidas arriba, no parece que requiere argumentar mucho para demostrar que la mayoría de estos eventos, o quizá todos ellos, no han ocurrido aún. O por lo menos ese parece ser el caso tras una primera lectura de estos pasajes.
POSIBLES SOLUCIONES.
¿Cómo podemos reconciliar los pasajes que parecen advertimos que estemos listos porque Cristo podría venir en cualquier momento, con los pasajes que indican que varios acontecimientos importantes y visibles deben tener lugar antes que Cristo pueda volver? Se han propuesto varias soluciones.
Una solución podría ser afirmar que Cristo no podría volver en ningún momento. Louis Berkhof asume esta posición, en la frase arriba citada. Cuánto tiempo pasaría antes que Cristo regresara depende del estimado de cada persona sobre cuánto tiempo demorarían en cumplirse algunas señales, tales como la predicación del evangelio a todas las naciones, la llegada de la gran tribulación, y la congregación de todos los judíos que serán salvos.
Este punto de vista tiene dos dificultades. Primero, realmente parece anular la fuerza de la advertencia de Jesús de que debemos vigilar, estar listos, y de que él regresaría en un momento que no esperamos.
¿Qué fuerza tiene una advertencia de estar listos para el regreso de Cristo en un momento inesperado cuando sabemos que esta venida no puede ocurrir en muchos años? La sensación de espera urgente del regreso de Cristo disminuye mucho o se niega por completo en esta posición, y el resultado parece ser absolutamente contrario a la intención de Jesús al hacer tales advertencias.
Segundo, esta posición parece utilizar estas señales de una forma completamente opuesta a la forma que Jesús quería que se usara. Se ofrecen las señales de manera que, cuando las veamos, intensificarán nuestra expectación del regreso de Cristo. Jesús dijo: «Cuando comiencen a suceder estas cosas, cobren ánimo y levanten la cabeza, porque se acerca su redención» (Lc 21:28).
Y las advertencias también se ofrecen para impedir que los creyentes se extravíen y sigan falsos mesías: «Tengan cuidado de que nadie los engañe-comenzó Jesús a advertirles. Vendrán muchos que, usando mi nombre, dirán: «Yo soy», y engañarán a muchos. Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis» (Mr 13: 5-6,21).
De manera que se ofrecen las señales para impedir que los cristianos se sorprendan con estos notables eventos, para asegurarles que Dios los conoce por anticipado, y para impedir que sigan tras supuestos mesías que no vienen de un modo dramático, visible y como conquistador del mundo, como vendrá Jesús.
Pero las señales nunca se ofrecen para hacer que pensemos: «Jesús no podría venir en unos pocos años» No hay indicios de que Jesús dio estas señales a fin de proveer a los cristianos con una razón para que no estuvieran listos para su venida ¡O a fin de alentarlos a no esperar que él podría venir en cualquier momento! Utilizar las señales que precederán el regreso de Cristo de esta manera (como hace Berkhof, por ejemplo), es utilizarlas de una manera que Jesús nunca se propuso. Por lo tanto, no parece convincente decir que Cristo no podría venir en cualquier momento.
NOTA: No he relacionado (las guerras y rumores de guerras) y "hambres y terremotos por todas partes» (Mt 24:6-7) como señales que deben preceder el regreso de Cristo, porque han estado presentes a todo lo largo de la historia, y porque no se mencionan por Jesús como señales que precederían inmediatamente su regreso, sino como eventos que vienen antes de esas señales. Como "el comienzo de los dolores» (Mt 24: 8). Sin embargo, una intensificación de estas cosas puede que indique el comienzo de los últimos días, con otras señales que pronto seguirían.
Otra solución importante a este problema es decir que Cristo [de hecho podría venir en cualquier momento, y reconciliar los dos conjuntos de pasajes de varias maneras.
(1) Una forma de conciliadas es decir que el Nuevo Testamento habla de dos regresos distintos de Cristo, o dos segundas venidas de Cristo, esto es, una venida secreta en la que Cristo se lleva a los cristianos del mundo (una venida «para sus santos»), y entonces, siete años después que haya ocurrido la tribulación sobre la tierra, una venida visible, pública, triunfante (una venida «con sus santos») en la que Cristo viene a reinar sobre la tierra.
Durante el intervalo de siete años todas las señales que todavía no se hayan cumplido (la gran tribulación, los falsos profetas con señales y milagros, el anticristo, la salvación de Israel, y las señales en los cielos) se cumplirán, de manera que no hay ninguna tirantez entre esperar por una venida que podría ocurrir «en cualquier momento» y comprender que una posterior venida estará precedida por muchas señales.
El problema Con esta solución es que resulta dificil derivar dos venidas separadas de Cristo de los pasajes que predicen su regreso. Sin embargo, no discutiremos esta cuestión aquí, pero la trataremos en el siguiente capítulo, cuando se Considere el punto de vista del milenio pre-tribulación del regreso de Cristo.
También debemos anotar que esta solución es históricamente bastante reciente, pero se la desconocía en la historia de la iglesia antes que John Nelson Darby la propusiera en el siglo diecinueve (1800-1882). Esto debe alertarnos sobre el hecho de que esta solución no es la única posible para la tirantez que se presenta en los pasajes citados arriba.
(2) Otra solución es decir que todas las señales se han cumplido, y por lo tanto Cristo podría regresar en cualquier momento. Según este punto de vista, se podría esperar un posible cumplimiento de estas señales en los eventos de la iglesia primitiva, aun en el primer siglo.
En cierto sentido, podría decirse, que el evangelio se predicó de hecho a todas las naciones, falsos profetas se levantaron y se opusieron al evangelio, hubo una gran tribulación con la persecución que sufrió la iglesia a manos de algunos emperadores romanos, el hombre de maldad era de hecho el emperador Nerón, y el número del pueblo judío que será salvo ha aumentado gradualmente a lo largo de la historia de la iglesia, pues el propio Pablo se pone a sí mismo como ejemplo del comienzo de la congregación del pueblo judío (Ro 11: 1).
Discutiremos con más detalle en la siguiente sección el punto de vista de que las señales que preceden al regreso de Cristo puede que ya se hayan cumplido,16 pero aquí podemos simplemente anotar que muchas personas no han hallado convincente ningún punto de vista que dice que ellas han ocurrido porque estas señales les parece que apuntan a eventos mucho mayores que los que tuvieron lugar en el primer siglo.
 (3) Hay otra manera posible de conciliar estos dos conjuntos de pasajes.
Es decir que es poco probable pero posible que las señales ya se hayan cumplido, y que por lo tanto no podemos simplemente saber con certeza en ningún momento de la historia si todas las señales se han cumplido o no. Esta posición es atractiva pues toma en serio el propósito primario de las advertencias, y el hecho de que no conoceremos cuándo Cristo regresará. Con respecto a las señales, su propósito primario es intensificar nuestras expectativas sobre el regreso de Cristo.
Por lo tanto, cuando quiera que veamos indicios de cosas que se asemejan a estas señales, se elevarán e intensificarán nuestras expectativas sobre el regreso de Cristo. Con respecto a las advertencias de estar listos, los que abogan por esta posición dirían que Cristo podría regresar en cualquier momento (pues no podemos estar seguros de que las señales no se han cumplido), de manera que debemos estar listos, aunque es poco probable que Cristo regresará de inmediato (porque parece que aun deben cumplirse varias señales). Por último, esta posición está de acuerdo con que no podemos saber cuándo regresará Cristo, y que regresará en el momento cuando no lo esperemos.
¿Pero es posible que estas señales se hayan cumplido? Las podemos examinar una a una. En cada caso nuestra conclusión será que es poco probable, pero posible, que la señal ya se haya cumplido.
NOTA: Aquellos que sostienen este punto de vista objetan la caracterización de esto como dos segundas venidas y prefieren hablar de dos aspectos de la misma segunda venida, pero como estas dos venidas están separadas por un intervalo de siete años, no parece equivocado caracterizar el punto de vista como que cree en dos segundas venidas.
Ese punto de vista es el de la pre-tribulación. Que se le llama a menudo el del rapto de la pre-tribulación, pues aquellos que lo sostienen refieren frecuentemente al primer regreso secreto de Cristo para sacar a los cristianos del mundo como un 'rapto» (dellat. rapio, «capturar, arrebatar, arrastran).
A. LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO A TODAS LAS NACIONES.
¿Se ha predicado el evangelio a todas las naciones? Probablemente no, pues hay muchos grupos lingüísticos y tribus que aun no han escuchado el evangelio. Por consiguiente, es poco probable que esta señal se haya cumplido. No obstante, Pablo sí habla en Colosenses sobre la divulgación mundial del evangelio. Habla de que «el evangelio que ha llegado hasta ustedes. Este evangelio está dando fruto y creciendo en todo el mundo» (Col 1: 5-6).
También habla de que «este es el evangelio que ustedes oyeron y que ha sido proclamado en toda la creación debajo del cielo, y del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor» (Col 1:23). Con estos versículos él ciertamente no indica que toda criatura viva ha escuchado la proclamación del evangelio, sino que su proclamación ha avanzado en todo el mundo, y que en un sentido por lo menos alegórico el evangelio ha sido predicado a todo el mundo o a todas las naciones? Por lo tanto, es poco probable pero posible que esta señal se cumplió inicialmente en el primer siglo y se ha cumplido en mayor medida muchas veces desde entonces.
NOTA: R. T. France. The Gospel According to Matthew, TNTC (Leicester: Inter-Varsity Press, Grand Rapids: Eerdmans, 1985), p. 339, dice de la afirmación de Jesús de» que «este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones» (Mt 24:14), lo siguiente: (El mundo es oikoumene, lit. 'el área habitada', un término que se aplicaba de ordinario al mundo griego (como opuesto a los bárbaros), entonces al Imperio Romano, y en lo sucesivo a todo el mundo conocido; por lo que no es tanto un término geográfico que debe incluir toda comunidad o área que ahora se sabe se encuentra sobre la tierra, sino más bien como indicación de la oferta universal del evangelio a todas las naciones, Lc., más allá de los confines de la comunidad judía.
En cierto sentido Pablo pudo afirmar mucho antes de 70 d.C.: «He completado la proclamación del evangelio de Cristo por todas partes, hasta la región de Iliria» (Ro 15: 19) y en muchas ocasiones desde entonces afirmaciones similares podrían haberse hecho para referirse a un área mucho más amplia que el oikoumene conocido en tiempo de Jesús».
B. LA GRAN TRIBULACIÓN:
De nuevo, parece que el lenguaje de la Escritura indica un período en el que llega a la tierra un sufrimiento mucho mayor de todo lo que hasta ahora se ha experimentado. Pero se tiene que comprender que muchas personas han entendido las advertencias de Jesús sobre la gran tribulación como referidas al sitio romano de Jerusalén durante la Guerra Judía de 66-70 d.C. I El sufrimiento durante esa guerra fue efectivamente terrible, y pudo ser lo que Jesús describía al predecir esta tribulación.
De hecho, desde el primer siglo, ha habido muchos periodos de violenta e intensa persecución de los cristianos, y aun en nuestro siglo mucho de esto ha ocurrido en amplias porciones del globo terráqueo, con cristianos horriblemente perseguidos en la antigua Unión Soviética, en la China comunista, y en los países musulmanes.
Sería dificil convencer a algunos cristianos en este siglo quienes han pasado por décadas de persecución por su fe, y han conocido persecuciones que afectan a otros cristianos a lo largo de grandes segmentos del mundo, que esa gran tribulación ciertamente no ha ocurrido todavía. Han deseado y orado durante años porque Cristo venga y los rescate de la tribulación que padecen.
Una vez más, aunque podemos pensar que las palabras de Jesús indican la probabilidad de una persecución todavía mayor que viene en el futuro, es dificil estar seguros de esto. Parece apropiado concluir que es poco probable pero posible que la predicción de una gran tribulación ya se haya cumplido.
C. FALSOS CRISTOS Y FALSOS PROFETAS:
En lo que toca a los falsos cristos y falsos profetas que harán señales y milagros, cualquier misionero que haya trabajado entre gente donde la brujería y la actividad demoníaca están rampantes estarían dispuestos a testificar que «señales y maravillas» aparentemente milagrosas se han producido por el poder demoníaco para oponerse a la difusión del evangelio.
Sin duda por siglos se han realizado milagros demoníacos y falsas señales, por lo menos desde el tiempo en que los magos de la corte del Faraón produjeron falsas señales en oposición a los milagros de Moisés (Éx 7: 11; 8:7; d. la actividad de Simón el hechicero en Hch 8: 9-11).
Cualquiera que sea la forma específica que ello asuma, esa producción de milagros engañosos está casi siempre acompañada por religiones falsas, que extravían a mucha gente (los líderes de esos grupos pueden denominarse falsos mesías y falsos profetas). Parece posible que las palabras de Jesús predigan una manifestación mucho mayor de este tipo de actividades justo en el momento anterior a su regreso, pero otra vez, es dificil estar seguros de que esto será así. Es mejor concluir que es poco probable pero aun posible que esta señal se haya cumplido ya.
D. PODEROSAS SEÑALES EN LOS CIELOS:
La ocurrencia de poderosas señales en los cielos es una señal que casi ciertamente no ha ocurrido todavía. Por supuesto, ha habido eclipses de sol y de luna, y han aparecido cometas, desde el comienzo del mundo. Pero Jesús habla de algo mucho mayor: «Se oscurecerá el sol y no brillará más la luna; las estrellas caerán del cielo y los cuerpos celestes serán sacudidos» (Mt 24: 29).
Aunque R. T. France intenta explicar esto como lenguaje simbólico que se refiere a la destrucción de Jerusalén y el juicio de Dios sobre ella,'9 debe basar este alegato sobre la afirmación de Isaías 13:10 (de donde parecen tomarse las palabras de Jesús en Mt 24:29) es también lenguaje meramente simbólico que se refiere a la caída de Babilonia, por cuanto es más probable que tanto Isaías 13:10 y Mateo 24:29 habla de una aún futura caída literal de las estrellas y de un oscurecimiento del sol y la luna, algo que sería un preludio adecuado a la sacudida de la tierra y los cielos y la destrucción cósmica que vendrá tras el regreso de Cristo (vea Heb 1:10-12; 12:27; 2ª P 3:10-11).
Por otra parte, es significativo que esta descripción de eventos cósmicos en Mateo 24: 29 esté seguida en el resto del pasaje por la oración: «Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria» (v. 30).20 Dados estos hechos, parece poco probable que las descripciones de la caída de las estrellas del cielo y el oscurecimiento del sol y la luna son un lenguaje meramente simbólico.

Es mejor considerarlas como señales reales que ocurrirán justo antes del regreso de Cristo, y como tales, caen en una categoría diferente a la de las otras señales, pues parece seguro que aún no han ocurrido. Con todo, pueden ocurrir muy rápidamente en el lapso de unos pocos minutos o con mucho de una hora o dos para que los siga inmediatamente el regreso de Cristo. Estas señales particulares no son del tipo que nos llevarían a negar que Cristo podría regresar en cualquier momento.